lunes, 23 de noviembre de 2009

Mudanza

Me voy.

Me alejo de tus noches frías y de tus silencios eternos.

Me voy y te dejo,
me mudo y me llevo las frazadas.

Quiero abrigar la falaz esperanza de que la vida
no es ni tan ruda ni tan cruda.

Sobra piel en tu alcoba, y carne en tus manos.

Te dejo y me voy.
Me voy para nunca más recordarte.

Me mudo de ropas y de sueños.

Te dejo, eternamente te dejo y me voy.

Adiós.

alas plegadas practicando el vuelo veloz...

1 comentario:

Eliana Marchesi dijo...

a veces son tan deliciosos (no se me ocurre otra palabra) esos impulsos...
esa cosa de viajar, de irse mejor dicho, de cualquier movimiento inmediato y lejos, de toda realidad menos esta. qué buenos están a veces...

cada vez que leía el "me voy" (decirlo te da una sensación de poder y de tristeza viste?) pensaba en una frase que termina un poema de pizanik: pero arremete viajera

qué lindo leerte otra vez. un abrazo grande, mujer alada, jaja.