martes, 22 de septiembre de 2009

y Yo que creí que de las caídas fatales uno no se volvía a levantar nunca jamás...

y Yo... que sostuve tu mirada hasta el último aliento, creyéndome inmune...

y Yo que, ahora miro por la ventana, nunca me supe tan desnuda como entre tus palabras, me despido despacio de aquel tormento en tu cama...

te digo en silencio y en secreto:

¡hasta nunca!... doloroso sentimiento...


martes, 15 de septiembre de 2009

Un día de "esos"

Hoy está en uno de esos días en los que quisiera abandonar la carne que la aprisiona, “la fútil carne”, resopla entre dientes. Deseando desligarse de todo aquello que la ahoga, cortar e irse lejos. Tal vez para seguir alguna luz que la lleve, finalmente, al ocaso de sus días.

En este momento siente cómo un nudo grande se apodera de su garganta, no la deja respirar. Un gran nudo que absorbe su ser finito, completo de palabras jamás pronunciadas. Mientras, mira a su alrededor, y se percata de que ahí no más esta el borde, que el abismo siempre estuvo bajo sus pies.


Hoy es uno de esos días en los que ya nada le importa, y todo se vuelve tan claro como para dejar volar las ansias y despedir la esperanza para siempre. Tal vez ser como Alfonsina y confundirse con el mar o, en un arrebato de sinceridad consigo misma, dejar de batir las alas.

-Si esto es el borde -se pregunta- ¿Por qué las llagas en la piel aun me duelen? ¿Por qué las lágrimas que nunca lloré hoy me queman el pecho…? ¿Por qué me lastima tanto el aire que entra por mis pulmones?-

Se imagina allí, donde tantas veces se sentó a murmurar un deseo falaz, y se siente vencida. Los días la acechan y se apresura el hielo en su sangre, etérea confirmación de que todo cambia para volver a ser igual.

Hoy es uno de esos días, en los que deja atrás los temores, toma la angustia y se va lejos... para no volver nunca más... aunque tenga que estar allí mañana otra vez...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Buenos Aires gris...

"Las palabras surgen a raudales como una lluvia infinita en un vaso de papel
Se deslizan al pasar
Desaparecen a través del Universo
Charcos de tristeza, olas de alegría en mi mente abierta..."


Buenos Aires gris; ahí esta, con su apagada gente caminando apresurada.

Gente de ojos infinitamente negros, completamente negros.
Gente sin alma, sólo tiene un fin: "Ser brazos de la máquina".

Se rozan, creyendo que se tocan; hacen muecas en sus caras, creyendo que sonríen; respiran, convencidos de que viven.

La niebla turbia que puebla Buenos Aires adormece los corazones de esas marionetas sin destino, aquieta sus rebeldías y ahoga a los que se despiertan de ese letargo que amansa al hombre, hombre de toscas ideas y vanos intentos de revolución.

Muerta pero viva, esa es la Buenos Aires que me aqueja.

Y ahí, en el centro de la perfidia, nace un aroma, un sabor que imprime esa inconfundible sensación a libertad. De pronto todo comienza a cobrar forma, a tomar color, a vestirse de diferencias, a sonar a sinfonías de palabras, mientras el ruido se va sepultando de a poco en las miradas que nacen impacientes.

Cuando la música devuelve los sentidos, y reverbera en cada rincón de esos secretos túneles que sostienen la ciudad, es como si ella latiera y la tierra vibrara por completo.

Entonces, sé que ni Buenos Aires esta muerta ni todas las almas son fantasmas.

Y sonrío, porque yo también estoy viva.


jueves, 3 de septiembre de 2009

Como quieras que te Ame…

Así y de a poquito, me empiezo a desarmar, a desgranar en mil lentejas esta que soy desde que estoy, desde que despierto en tus sueños.


Me arranco la sublime esperanza de ser fáctica y magna, para caer sin estrépito en los pliegues de tus dedos.


Fácilmente me arrebato la piel y sustituyo las falsas ironías por sólidas melancolías.


Y me entrego, en clara hipocresía, a los brazos de la vida.


Que no soy ni dócil ni simple, ni fuerte ni valiente.


Soy esta que te ama, y se desgrana en tu espera.