martes, 12 de agosto de 2008

Sólo muero

Me despierto, miro el reloj y descubro que pasaron 5 minutos desde la última vez que lo mire. Me pregunto cómo puede ser posible, y sin respuestas bajo al mundo, saliendo con gran esfuerzo de mi cama.
Camino en círculos alrededor de las pantuflas y no me explico porqué no las puedo utilizar para ir a trabajar... Finalmente me armo de valor, me calzo el escudo protector y salgo de mi casa, tal vez para enfrentarme con la vida o sólo para seguir con la rutina.
Gris. El día es Gris. Ayer fue Gris, ¿será Gris mañana también?
Llego al lugar donde las almas se suicidan día a día, y ya no me permito seguir. Quiero llorar, llorar fuertemente, dejar que salga todo el mar de mi interior, para que la sensación de vacío sea real y no sólo metafórica.
Las lágrimas me traicionan y se acoplan al deseo que surge voraz desde mis entrañas. Ruedan por mi rostro como pequeñas gotitas de lluvia. Sin emitir sonido, todo mi ser las acompaña. El día continúa implacablemente Gris.
YA!!! Ellas no me dejan pensar, sólo quieren esparcirse en mi escritorio. Quiero pensar sin que eso sea un martirio. Pensé en dejarme caer. Morir tal vez; pero... ¿Cómo se puede morir cuando ya se esta muerto? Muerto de deseos, de ansías, de sueños, de anhelos, de proyectos...
Tengo Alas que no sirven para Volar, y plata que no puede alquilar un Balcón para Soñar...
Se asoma un rayo tenue, mientras el mar entra en calma y las hojas ya no caen...
Me calzo, una vez más, el escudo protector y juego a ser "normal"... Allá, lejos, hay alguien que sabe que no lo soy...


Somos pocos Capitán, los que aún se resisten...

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