miércoles, 8 de octubre de 2008

Neruda y Yo

15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.


Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.


Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.


Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.


Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Me gustas cuando callas... y me miras, como si yo estuviera lejos, volando en algún cielo privilegiado. Y me dejas callar... me miras en el mismo silencio que me reina y me condena.
Mi silencio sencillo se vuelve importante cuando a él te subes, y sueñas conmigo los sueños de los titanes dormidos... Y el día se convierte en noche, noche que nos abriga con su constelación brillante...
Y me sonríes, en ese silencio que nos ata, mientras escribes, y mi melancolía se convierte en nuestra... Entonces te miro, porque me miras y me sonríes... Me gusta cuando callas y me dejas callar, el aire infinito se contagia de la magia de nuestras miradas, y te sonrío porque estas, porque estoy...

1 comentario:

Luc@s!! dijo...

... el tiempo suele convertirse en el mas complejo de los aliados, y el mas cruel de los enemigos. Quizas no el tiempo mismo, sino lo que implica ese tiempo... lo bueno es que siempre acarrea alguna respuesta.