jueves, 2 de octubre de 2008

El espejo (Prosa)

Un día, uno cualquiera, se levanta y se mira al espejo.
Se toca la cara, se acaricia el pelo, da una vuelta, y sí; ahí esta Ella.
Se vuelve a tocar, hasta intenta pincharse con una uña.
No esta segura, pero Otra no puede ser.
Vuelve a mirar, con más intensidad, busca en el fondo de sus ojos, porque dicen que allí reside el alma.
Y, finalmente, se rinde.
Es real, es Ella, y esta allí, del otro lado del espejo, le sonríe complaciente.
Se mira una vez más, se guiña un ojo, y sale derecho a enfrentar su destino:
Está enamorada.

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