lunes, 5 de enero de 2009

Intento...

Amanece,

siento la calidez del día trepar a mi espalda y me surge el deseo,
hoy es más intenso que en aquel fútil verano de ilusiones imprecisas.
Siento muy adentro la llama que se enciende,
y tal vez sólo tenga que equilibrar el peso, (la carga que se cierne en mi lomo,
ya no es tan agobiante).

Miro por encima de mi hombro, hacia atrás (como en un sueño lejano),
y puedo ver el Mar agitando su alma, atravesando el marrón verdoso de la montaña.
Sacudo el nido, y dejo caer algunos miedos junto a los fantasmas,
que ayer me hicieron compañía.

Quisiera decir: ya no temo. Pero aún lejos de aquí, siempre seré presa de mi destino.
Este es el nido; si caigo: vuelvo; si vuelo: vuelvo.

Al fin, se alza Su Majestad y todo lo ilumina.
Ahora ya lo sé (la certeza es un buen condimento a la locura de estar vivos y no morir en el intento de sentir), hoy es el momento justo.

Desprolijo, desorganizado, con las ideas arremolinadas y el pecho empapado,
las Alas mojadas, y altivo de espíritu... SAAAALTO!!!

vuelo a uno mismo... a seguir intentando...

Alas fuertes, agitándose en la altura...

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