Cuando miro en sus ojos y el mundo vuelve a existir,
cuando en sus manos la tarde es menos gris,
y en una lágrima me devuelve el alma.
Cuando con una sonrisa enciende el silencio
y apaga este paciente veneno,
y no soy fantasma ni vencida
porque cuando miro en sus ojos hay calma
y sé que su mano apaga este nudo y desata la lágrima...
La quiero, inmensamente la quiero,
y recuerdo porqué deseo esta vida.
mis pequeñas Alas